Que el año 2015, ahora enfilado a su recta final, está resultando movido para los cubanos, es evidente.
Someramente, citemos: la asistencia de nuestras máximas autoridades a las Cumbres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), en Costa Rica, y de Las Américas, en Panamá, y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, todos sucesos marcadores de hitos históricos.
Además, la memorable visita del Papa Francisco y el sucesivo arribo de presidentes y jefes de Estado de países de varios continentes, la llegada de múltiples delegaciones extranjeras de diversos sectores, la reactivación y establecimiento de convenios bilaterales de colaboración, la actuación antes impensada de estrellas del arte mundial…
Tales referencias ensanchan su significado si miramos una realidad signada por el trabajo intenso del día a día, la vida que fluye en campos, pueblos, ciudades del país y las expectativas dentro y fuera de las fronteras.
En ese contexto de nación que transforma su entramado socioeconómico, por decisión propia, sin ceder a presiones foráneas, y al ritmo que conviene a sus intereses, ahora estamos en los días de la nueva edición de la Feria Internacional de La Habana (Fihav 2015).
Durante el primer semestre del año el Producto Interno Bruto creció un 4,7 por ciento, lo cual evidenció que se detuvo la tendencia en picada observada en 2013 y 2014. Todos los sectores crecieron, en especial la agricultura, ganadería, silvicultura, producción azucarera, la construcción, la industria manufacturera. Se espera un crecimiento general del cuatro por ciento en 2015.
Ello es resultado de los primeros pasos del proceso de actualización de la economía cubana. Son logros conseguidos por una política económica autóctona bien meditada y a contrapelo del bloqueo impuesto por Estados Unidos que atenaza la economía y la vida de los isleños desde hace 55 años. Dicho sea de paso, también en medio de una compleja y adversa situación financiera internacional.
Son más grandes los retos que lo alcanzado. El bolsillo y el nivel general de vida de los cubanos todavía deberán esperar por nuevos avances, aunque las urgencias acuciantes de la cotidianidad hacen desear lo contrario.
Se mantienen y mejoran los programas sociales de largo aliento en beneficio de cada cubano sin distinción, como los de salud , la educación, el derecho al trabajo y la seguridad social.
Ya la economía mejoró sus signos vitales y Cuba transita el largo y azaroso camino de la recuperación productiva tan necesario para su desarrollo sostenible y la prosperidad del pueblo.
El desmontaje del bloqueo económico, cuyo contenido esencial podría aligerar el presidente Barack Obama desde ya, facilitaría el esfuerzo de los cubanos para ganarse el pan honradamente y desarrollar el país con el sudor de su frente. Es un derecho que el mundo entero ha reconocido.
Someramente, citemos: la asistencia de nuestras máximas autoridades a las Cumbres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), en Costa Rica, y de Las Américas, en Panamá, y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, todos sucesos marcadores de hitos históricos.
Además, la memorable visita del Papa Francisco y el sucesivo arribo de presidentes y jefes de Estado de países de varios continentes, la llegada de múltiples delegaciones extranjeras de diversos sectores, la reactivación y establecimiento de convenios bilaterales de colaboración, la actuación antes impensada de estrellas del arte mundial…
Tales referencias ensanchan su significado si miramos una realidad signada por el trabajo intenso del día a día, la vida que fluye en campos, pueblos, ciudades del país y las expectativas dentro y fuera de las fronteras.
En ese contexto de nación que transforma su entramado socioeconómico, por decisión propia, sin ceder a presiones foráneas, y al ritmo que conviene a sus intereses, ahora estamos en los días de la nueva edición de la Feria Internacional de La Habana (Fihav 2015).
Durante el primer semestre del año el Producto Interno Bruto creció un 4,7 por ciento, lo cual evidenció que se detuvo la tendencia en picada observada en 2013 y 2014. Todos los sectores crecieron, en especial la agricultura, ganadería, silvicultura, producción azucarera, la construcción, la industria manufacturera. Se espera un crecimiento general del cuatro por ciento en 2015.
Ello es resultado de los primeros pasos del proceso de actualización de la economía cubana. Son logros conseguidos por una política económica autóctona bien meditada y a contrapelo del bloqueo impuesto por Estados Unidos que atenaza la economía y la vida de los isleños desde hace 55 años. Dicho sea de paso, también en medio de una compleja y adversa situación financiera internacional.
Son más grandes los retos que lo alcanzado. El bolsillo y el nivel general de vida de los cubanos todavía deberán esperar por nuevos avances, aunque las urgencias acuciantes de la cotidianidad hacen desear lo contrario.
Se mantienen y mejoran los programas sociales de largo aliento en beneficio de cada cubano sin distinción, como los de salud , la educación, el derecho al trabajo y la seguridad social.
Ya la economía mejoró sus signos vitales y Cuba transita el largo y azaroso camino de la recuperación productiva tan necesario para su desarrollo sostenible y la prosperidad del pueblo.
El desmontaje del bloqueo económico, cuyo contenido esencial podría aligerar el presidente Barack Obama desde ya, facilitaría el esfuerzo de los cubanos para ganarse el pan honradamente y desarrollar el país con el sudor de su frente. Es un derecho que el mundo entero ha reconocido.
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