Nuestro pequeño y victorioso Ejército Rebelde en su lucha por la liberación, solo contaba con las armas ocupadas a la tiranía, que en su inmensa mayoría fueron suministradas por Estados Unidos. Era imprescindible armar al pueblo, señaló el líder de la Revolución Cubana , Fidel Castro, en sus reflexiones por el primer medio siglo de la victoria de Girón.
Y la Escuela de Milicias de Matanzas constituyó un eslabón esencial para adiestrar a los jóvenes en el manejo de la técnica para proteger al país del enemigo imperialista. Fueron ellos de los primeros en ocupar sus puestos ante el artero ataque imperialista por Bahía de Cochinos.
Eran los hijos humildes del pueblo los que una vez más demostraban en épica hazaña su voluntad para defender la obra conquistada a golpe de tesón, sacrificio, entrega y pasión. Esos que movilizados y en 60 horas de duros combates derrotaron a los mercenarios al atardecer del 19 de abril de 1961.
La importancia de Girón no está en la magnitud de la batalla, de los combatientes, de los hechos heroicos que allí tuvieron lugar; la gran trascendencia histórica de Girón no es lo que ocurrió, sino lo que no ocurrió gracias a Girón, sentenció Fidel en ocasión del vigésimo aniversario de la victoria.
Y fue precisamente gracias al pueblo que la invasión devino aplastante derrota, la primera del imperialismo yanqui en América Latina, con lo que se hizo evidente que a partir de ese hecho los pueblos de la región fueron un poco más libres.
Sin duda, demostración inequívoca de lo que es capaz esa mayoría cuando se siente dueña absoluta de su destino y emprende con nuevos bríos la construcción de una sociedad diferente, Con todos y para el bien de todos.
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