
Pero llegó el Comandante y mandó a parar esas bolas que salidas del casco y la mal idea no hacen más que desprestigiarlos para siempre.
Las aves mal agüeras actúan así, cual carroñas en su vientre intentan arrojar, pero en este caso no lograron hacer de las suyas.Y de ahora en lo adelante harán menos, porque ya nadie les cree.
Y ahí está el siempre invicto Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz.
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