El derecho a la vida constituye, sin duda, lo sensato para
todo ser humano que ha venido al mundo con el propósito de compartir con los
suyos, hacer el bien y prepararse para el presente y el futuro.
Pero en la
Cuba seudorepublicana el color de rosa era para una mayoría
desposeída, como pedir al más allá piedad y justicia, sobre todo para los hijos
que al venir a la tierra no tenían los mínimo para enfrentar su presencia en
sociedad.
Falta de asistencia médica, de escuelas, ropas y calzados,
así como difíciles condiciones alimentarias, era para una extensa capa social
el principal riesgo, a sabiendas que las esperanzas eran ínfimas.
Solo una Revolución garantizó un cambio radical: médicos,
escuelas, asistencia social, seguridad, oportunidades para la mujer, en fin, de
la noche a la mañana, desde enero del ´59 le vino encima a los cubanos esa
dosis de felicidad y ternura.
La rosa mostró su color y la tranquilidad se apoderó de
millones que en campos y ciudades han visto multiplicar la existencia en medio
de bondades nunca antes vistas.
Esa es la Cuba
de hoy, la que ha sabido enfrentar al poderoso imperio a solo 90 millas con su criminal
bloqueo, a los riesgos del mundo contemporáneo y sobre todo a la crisis económica. Se tiene derecho a la vida…derecho a la existencia...porque ya la vida está al derecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario