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Disidencia made in USA preocupada por "la tierra amada"

Una supuesta disidencia cubana, pretexta “estar preocupada” por “la fuerte campaña que se ha desplegado para levantar las sanciones económicas que pesan sobre la dictadura cubana”. Esta mal llamada disidencia es mercenaria por ser  financiada e instruida en métodos y acciones desde la ultraderecha de Miami con los fondos destinados a la subversión en la Isla.

Por Norelys Morales Aguilera.

Lo que el gobierno de Estados Unidos llama embargo, siendo bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, por provocar carencias y sufrimientos al pueblo cubano, es una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos. De acuerdo con la Convención de Ginebra de 1948 [1], tipifica como un acto de genocidio.

Sin entrar en el complicado entramado que sustenta la política genocida norteamericana, ilustra al respecto que su primer instrumento legal sea la Ley de Comercio con el Enemigo de 1917, que ha vuelto a ratificar hace unos días el presidente Barack Obama, argumentando Washington, que le concede prerrogativas para “aliviar el embargo”.

De modo que, el enemigo de Estados Unidos en la práctica, es el pueblo cubano todo, cuando el gobierno de ese país continúa causando graves perjuicios a la economía cubana, limita el derecho al desarrollo y  causan privaciones directas que influyen en la salud y el nivel de vida de la población.

Sin embargo, una supuesta disidencia cubana, pretexta “estar preocupada” por “la fuerte campaña que se ha desplegado para levantar las sanciones económicas que pesan sobre la dictadura cubana”.

Esta mal llamada disidencia es mercenaria por ser  financiada e instruida en métodos y acciones desde la ultraderecha de Miami con los fondos destinados a la subversión en la Isla (30 millones de dólares están a la aprobación) [2]. Pero, también es plattista, axiológicamente, dirigida a mirar a los intereses de norteamericanos en alusión al apéndice constitucional con que nació la República de Cuba en 1902, por el cual Estados Unidos tendría el derecho de intervenir en los asuntos de cubanos a su discreción.
La ultraderecha “anticastrista” representada en el Congreso de Estados a quien responde la supuesta disidencia, no está interesada en el bien de los cubanos, sino que lastra el resentimiento más enfermizo, contra todo lo que huela a independencia nacional.

Esta la línea de confrontación es rechazada abrumadoramente por los cubanos de la Isla, dedicados a actualizar su sistema y darse al consenso nacional, antes que atender a los “opositores” de pacotilla, sumergidos en sus egos y aspiraciones personales.

Una prueba inequívoca es que un autodenominado Foro por los Derechos y Libertades se ha dirigido al Congreso de los Estados Unidos de América para solicitarles que no levanten el bloqueo. Los firmantes son los mismos “opositores” mediáticos de la mano del amo que paga, que justifican la violación de los derechos humanos de todo un pueblo, al que tienen que despreciar para actuar de ese modo. [3]

Mientras, la Red En Defensa de la Humanidad, integrada por prestigiosos intelectuales, sostiene el cese del bloqueo contra Cuba, como cerco que ha asfixiado al pueblo cubano durante más de cinco décadas. [4]

Si, Washington reconoció que la confrontación contra el pueblo cubano es una política fracasada, ahora los mercenarios y los que viven del negocio de la contrarrevolución, más interesados que patriotas, ven la bancarrota financiera como el mayor peligro a sus intereses. Y, llevan la de perder frente a su propio pueblo, que va a ser lo peor para ellos.

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