
Signado por dos circunstancias que le confieren ribetes históricos: la más profunda crisis del mundo capitalista desde la II Guerra Mundial y la intervención prácticamente irrestricta del capital billonario de Estados Unidos en el financiamiento de las elecciones, que al privatizarlo le imprime un sello de competencia mediática a la mecánica electoral y lo convierte en el espectáculo electoral más costoso del mundo.
Así las cosas el imperio enfrenta resuelto esa polémica por el principal puesto en la Casa Blanca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario