El Departamento del Tesoro de Estados Unidos redobló la supervisión de los viajes a Cuba y anunció que la violación de las restricciones será castigada con multas de 65 mil dólares y hasta la suspensión de licencias, entre otras acciones.
En un comunicado de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), adscrita al Tesoro, el gobierno del presidente Barack Obama había advertido en marzo último que tomaría represalias ante cualquier intento por hacer turismo bajo la política establecida por la Casa Blanca.
La amonestación de Washington fue dirigida a anuncios que sugieren la opción de que los viajeros tendrán tiempo libre en la isla para realizar actividades fuera del programa educacional. Eso es una impresión incorrecta y puede ser castigada con la suspensión de licencia, subrayó la OFAC.
Esta advertencia de la administración Obama sobre el carácter no turístico de las licencias de viaje obedece a presiones recibidas de legisladores conservadores de la derecha cubanoamericana, en contra los intercambios culturales y educativos, opinaron analistas políticos.
La actualización en las prohibiciones se aplica a ciudadanos estadounidenses sin vínculos familiares con cubanos, y a partir de ahora los solicitantes de licencias deben explicar para qué necesitan reunirse con altos funcionarios en la isla antillana, según apunta el medio digital Capitolhillcubans.com.
Sin duda, un mal que ya rebasa el primer medio siglo, y mientras, los cubanos resisten los embates de un flagelo íntimamante ligado al férreo e injusto bloqueo yanqui contra la Isla.
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