A pesar de que el gobierno de Estados Unidos se ha empeñado en demostrar la culpabilidad de cinco cubanos injustamente procesados y arbitrariamente condenados en ese país, la propia conducta de la administración norteña revela la gran mentira y su doble rasero.
Gerardo Hernández, Fernando González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y René González -Los Cinco, como se les conoce mundialmente- han sido víctimas de excesivas penas, que confirman el carácter político del juicio seguido contra ellos.
Gerardo Hernández, Fernando González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y René González -Los Cinco, como se les conoce mundialmente- han sido víctimas de excesivas penas, que confirman el carácter político del juicio seguido contra ellos.
Responder a las demandas de la mafia cubano-americana radicada en Miami, fue el único objetivo del gobierno de Estados Unidos, al dar curso legal a la farsa judicial orquestada contra ellos, junto a un gran show mediático, que todo el tiempo se encargó de viciar la decisión del jurado.
En su libro Los héroes prohibidos, el experto en política internacional cubano Ricardo Alarcón, expone ejemplos que revelan una realidad: en Estados Unidos el espionaje y la conspiración nunca han sido castigados con tan severas condenas como las impuestas a Los Cinco.
Desde que ellos fueron sentenciados, otros casos similares han tenido lugar en territorio estadounidense y los resultados contrastan de manera alarmante.
Según relató Alarcón, en los últimos años varios individuos han sido hallados culpables de transmitir al extranjero documentos secretos de carácter militar o relacionados con la seguridad nacional de ese país, extraídos de los archivos y altos niveles del gobierno.
Algunos de esos acusados hace tiempo recuperaron su libertad, y a otros el presidente Barack Obama decidió retirarles los cargos, que se les interrumpiera el proceso de apelación y fueran enviados a casa.
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