La primera visita a Cuba de Hugo Chávez, y su encuentro con el líder de la Revolución Fidel Castro hace 20 años, trascendió la mera amistad entre dos hombres para transformar de golpe la fisonomía de todo un continente.
“Yo no merezco este honor, aspiro a merecerlo algún día en los meses y en los años por venir”. Fueron sus palabras. Sorprendido aún, no esperaba que el líder a quien admiraba lo recibiera personalmente. Después de todo él era un simple teniente coronel, un militar “golpista”, el “rechazado” por la izquierda y la derecha en América Latina y el Caribe.
“Yo no merezco este honor, aspiro a merecerlo algún día en los meses y en los años por venir”. Fueron sus palabras. Sorprendido aún, no esperaba que el líder a quien admiraba lo recibiera personalmente. Después de todo él era un simple teniente coronel, un militar “golpista”, el “rechazado” por la izquierda y la derecha en América Latina y el Caribe.