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Impunidad, violencia y robo de cerebros

La impunidad total y los estímulos con que se ha recibido en EE.UU a todas las personas salidas ilegalmente de Cuba en estas cinco décadas, han dado lugar al robo y secuestro de embarcaciones, la piratería aérea, la violencia, el empleo de armas y hasta a asesinatos. Autores de crímenes atroces como Leonel Macías, el asesino del guardamarina Roberto Aguilar Reyes, viven hoy en la Florida al amparo de esta política.
A sectores de esa estimulada emigración ha acudido el gobierno estadounidense, la extrema derecha, los servicios especiales y la mafia cubano americano para ejecutar sus planes agresivos y terroristas contra nuestra Patria.
Esa mafia y sus representantes en el Congreso han utilizado a su antojo el tema migratorio en su agenda anticubana. Estimulan por un lado la emigración a través de declaraciones y acciones precisas como el programa Éxodo manejado por la Fundación Nacional Cubano Americana en la década de los 90, y por el otro, presionan al Gobierno norteamericano a actuar en el supuesto interés de la Seguridad Nacional de EE.UU si se produjera una nueva crisis migratoria. Sueñan con provocar un conflicto armado entre Estados Unidos y Cuba.
En todos estos años, las autoridades norteamericanas y los sectores anticubanos han alentado y priorizado la salida del país de médicos, enfermeros, profesores, ingenieros y otros profesionales universitarios o técnicos de nivel medio, en un descarado robo de cerebros. Miles de millones de dólares le han costado a la nación la pérdida de ese personal calificado formado gratuitamente en nuestras universidades y escuelas politécnicas.
No satisfechos con extraerlos del país, los persiguen por diversas partes del mundo. Vigente está el programa ideado por la administración Bush para captar médicos y otros especialistas de salud cubanos que prestan importantes servicios en decenas de países.
Permanente es también el asedio a nuestros deportistas, reconocidos en los escenarios mundiales y forjados gracias al sudor de nuestro pueblo y la capacidad de nuestro sistema de formación deportiva.
El objetivo es apropiarse desvergonzadamente del talento de la nación, e intentar desmoralizar, obstruir nuestro desarrollo, generar desaliento.
Pese a los acuerdos migratorios logrados entre Cuba y EE.UU, el gobierno norteamericano continúa aplicando para nuestra nación los esquemas de la Guerra Fría y el anticomunismo que caracterizaron la política inmigratoria de ese país en décadas pasadas.
Una y otra vez han violado esos acuerdos en diferentes administraciones, mantienen en vigencia la Ley de Ajuste Cubano que estimula la emigración ilegal y ha provocado numerosas muertes en el estrecho de la Florida, y sostienen las campañas de aliento a esa emigración y la manipulación mediática sobre este sensible tema.
Mientras más de 429 mil indocumentados fueron detenidos y más de 397 mil inmigrantes fueron expulsados de Estados Unidos en el 2011, según reconoció hace unos días el Departamento de Seguridad Interior, los inmigrantes cubanos continúan recibiendo un tratamiento privilegiado a tono con los intereses subversivos de la política norteamericana hacia nuestro país.
Cuba ha cumplido rigurosa y estrictamente sus compromisos en los acuerdos migratorios, sostiene la necesidad de garantizar una emigración legal, ordenada y segura hacia la nación norteña, mantiene una relación respetuosa con el creciente y mayoritario sector de la emigración cubana en Estados Unidos y otras partes del mundo que profesa amor a su Patria, promueve los vínculos familiares, condena el bloqueo y otras políticas agresivas contra su pueblo y defiende el derecho de nuestra nación a vivir y desarrollarse en paz, y ha dado pasos en todos estos años para hacer más fluida esa relación entre la Nación y su emigración.

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