Con la constitución de la Asamblea Nacional del Poder Popular, se confirma la valía de la Democracia Participativa en Cuba. Desde que en las urnas han resultado electos los mejores y más capaces, salidos de las entrañas mismas del pueblo, sin campañas ni mezquinos intereses, se pone de manifieesto el poder de los ciudadanos libres de ataduras y provistos de la morla que entraña el Socialismo como sistema social.
Desde que en 1895 con el Grito de Baire, la empuñadura mambisa irradió entrega y pasión por la libertad y el decoro, se conquistó en la Isla esa dignidad esperanzadora que llegó para quedarse el Primero de Enero de 1959 con una Revolución hecha con todos y para el bien de todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario