Si bien en la década del 50 del pasado siglo la esperanza de vida al nacer de las cubanas era de casi 58 años, según datos del Panorama Económico y Social Cuba 2011 publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), en la actualidad es de más de 80, con posibilidades de superar los 82 el próximo decenio.
De acuerdo con la fuente, al cierre del 2011 el 62, 8 % de las mujeres eran graduadas de educación superior; mientras el 35,6 % correspondían a la enseñanza técnica y profesional.
Un dato relevante indica que el 63 % de los profesionales y técnicos empleados en el país son mujeres.
En tanto, resulta contradictorio, como se ha señalado otras veces, que a pesar del alto nivel técnico y profesional, solo alcancen el 36,7 % de los cargos de dirección. De otro lado el 43,3 % son diputadas a la Asamblea Nacional del Poder Popular, indicador que, pese a no ser óptimo, hace cinco años nos ubicaba como el octavo país con más mujeres en su Legislativo, de acuerdo con la Unión Parlamentaria.
Estas estadísticas de la ONEI demuestran la posición de las mujeres en la sociedad cubana, en particular su desempeño en la vida económico-social del país, así como las principales batallas y logros, las cuales sirven de utilidad para no descuidar el trabajo en función de colocar a la mujer en el lugar que le corresponde; atenderlas en todos los segmentos poblacionales, con énfasis a las trabajadoras, amas de casa y jóvenes.
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