No queda sitio del mundo en que vivimos donde no se hable de
fútbol, porque esa pasión nos mueve a todos y nos lleva a dedicarle parte de
nuestro tiempo durante junio y casi toda la primera quincena de julio al
deporte de las multitudes.
Vaticinios, inquietudes, preocupaciones, favoritismo, todo
eso y más servirá de pretexto para compartir entre amigos, conversar, platicar
en todos los idiomas, multiplicarnos mediante la alegría contagiosa que depara
el contacto con esa pasión que nos motiva.
Y desde ya los placeres están abarrotados de niños, adolescentes
y jóvenes que imitan a los futbolistas preferidos y en contacto directo con el
balón echan un golazo a lo cubano al compás de ese corre corre inconfundible…
Ya estamos en fútbol y desde Brasil nos llega ese alegrón mágico
que ojala nos sirva de acicate para poseer algún día un buen equipo que represente
a Cuba en un mundial.
Por lo pronto a disfrutar de lo lindo de estas jornadas y al
final a saborear el anhelado triunfo, conscientes que Latinoamérica tiene las
de hacer de la suya.
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