Escribir sobre Chávez no es fácil. La cuartilla queda en blanco cuando se trata de describir a este hombre porque las palabras y las imágenes no alcanzan para retratar su grandeza.Admirado por sus seguidores y respetado por sus detractores, el niño arañero de los llanos venezolanos, hizo de un país su vida. A él se dedicó en cuerpo y alma.
Todo cuanto hizo estuvo siempre al servicio de los más humildes. Hablaba su lengua, conocía de sus pesares. Fue testigo de los desmanes de la oligarquía venezolana. Y contra ella, se levantó y no paró hasta cumplir su palabra de darles voz a quienes nunca la tuvieron.