Un año a punto de cerrar sus cortinas imaginarias, otro por
comenzar, el 2013, cuando la Revolución
Cubana arribará a sus 54 y con el transcurrir del calendario
serán 55 para una nación que escogió el camino del Socialismo en 1961 ante los
arteros ataques del imperio yanqui.
Y por esta fecha los cubanos nos preguntamos muy a menudo
¿Cómo vendrá el nuevo? Nada, es costumbre, pero a la vez confianza en un
sistema que marcha indetenible hacia el futuro, enfrenta obstáculos y sigue adelante,
como quien dice sin mirar atrás.
Sin embargo, para llegar hasta aquí, la Revolución ha tenido
que sortear innumerables situaciones, principalmente las que inciden en la
economía en el contexto de un país subdesarrollado, bloqueado por los Estados Unidos
y no ajeno a la crisis internacional.
Ahora inmersos en la actualización del modelo económico se
dan pasos agigantados en busca de alternativas que conduzcan a verdaderas
soluciones, en medio de una coyuntura totalmente adversa, cuando los precios en
el mercado mundial se encarecen y el país no dispone del suficiente dinero para
realizar sus compras.
No obstante el llamado está dirigido reducir las
importaciones, sobre la base de buscar soluciones propias para producir más y
con menos costo, para lo cual se adecuan mecanismos como la entrega de más
tierras a quienes deseen trabajarla y la incorporación de trabajadores por
cuenta propia a disímiles profesiones u oficios.
Vista así la actualidad, el 2013 debe ser para Cuba y para
los cubanos un año de trabajo, esfuerzo y resultados, porque cada cual sabe de
antemano lo que le corresponde para sin detener la marcha avanzar seguros y
confiados en la victoria.
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