
“Los líderes de Irán deberían saber que no tengo una política de contingencia; tengo la política de evitar que Irán obtenga un arma nuclear. (…) No dudaré en usar la fuerza si fuera necesario para defender a Estados Unidos y sus intereses”, setenció.
Así lo ha hecho creer en varias oportunidades el inquilino de la Casa Blanca, pero al final ha demostrado que su cacería de brujas va más allá de pretextos bélicos, para arremeter crudamente contra quienes poseen materias primas de importancia capital.
A Obama y sus secuaces no les conviene nada que huela a progreso social y como es de suponer Irán es enemigo de Israel o este último contrario a Irán y deviene el principal aliado de Washington en la región.
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